#RESEÑA: Muertita y otros cuentos de Mariana Miranda
junio 28, 2021
INFORMACIÓN SOBRE EL LIBRO
Título: Muertita y otros cuentosAutor: Mariana Miranda
Editorial: Ediciones del Dock
Formato: tapa blanda
Páginas: 122
Idioma: español
ISBN: 978-987-559-111-0
SINOPSIS
“Viejas como el miedo, las ficciones fantásticas son anteriores a las letras”, decía Adolfo Bioy Casares al comenzar a presentarnos la ya clásica “Antología de la Literatura Fantástica” que compiló junto a Silvina Ocampo y Jorge Luis Borges en 1940. Este volumen de relatos de Mariana Miranda no hace otra cosa que corroborar tal verdad, y en sus páginas desbordantes de una imaginación pletórica, vemos aparecer personajes que producen fascinación en el lector, que recorre esta galería a veces desopilante pero que nos remite de manera permanente, como en un juego de espejos o un frontón dialéctico , a lo más profundo de la condición humana, tanto lo que pertenece a lo que llamamos el bien como a su contrario, el mal.
OPINIÓN PERSONAL
Muertita y otros cuentos es un libro que estuvo por años descansando en mis estanterías. Lo compré en la Feria del Libro de Santa Fe, allá por 2008, y no lo leí hasta hace unos días, cuando necesitaba leer un libro de un autor provincial para entregar un trabajo de reseña en una Diplomatura que estoy cursando. Lo elegí casi por descarte, porque no tenía muchos libros de autores santafesinos, y realmente no esperaba que me gustara tanto como lo hizo.
Así que esta vez no sólo les traigo un libro diferente, sino también una reseña un poco más profunda porque, a decir verdad, me gustó mucho cómo quedó el trabajo final.
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Mariana Miranda es una escritora nacida en Rosario, Santa Fe. Es Licenciada en Psicología por la Universidad Nacional de Rosario y como escritora se ha dedicado tanto a la prosa como al verso, obteniendo premios nacionales e internacionales por sus trabajos. Incluso podremos encontrar algunos de sus cuentos premiados dentro de ésta compilación, la cuál se titula Muertita y otros cuentos, en honor al primer trabajo que encontraremos dentro de la obra.
El libro está conformado por catorce cuentos bastante disímiles entre sí en cuanto a contenido, lo que de alguna manera celebra la creatividad de la autora. Aún así, es fácil percibir algunos hilos conductores que nos hacen pensar que quizás los personajes que los habitan son, al menos en varios casos, partes de un mismo mundo. El primero de ellos es posiblemente el más evidente: todos se encuentran narrados en tercera persona a través de un narrador omnisciente, aunque en Otra vez, sangre, el último de los cuentos que integran este libro, se hace presente un narrador testigo.
La descripción es sumamente importante en el trabajo de Mariana Miranda, pero curiosamente no se detiene tanto en rasgos de personajes o descripciones físicas. Sí, en cambio, destaca incansablemente la naturaleza y el entorno que rodea a esos personajes. Es así que nos regala frases como “a la parra le dolía el sol en todas sus hojas” en Muertita o “El río marrón se deslizaba como si no tuviera fronteras, enorme y eterno, ondulante de remolinos y remansos en el anochecer tardío y caluroso de la ciudad asfixiante” en Pablo.
Asimismo, lo natural se presenta también como protagonista de las diferentes historias, especialmente en lo que refiere a la figura del agua, que parece tener un lugar privilegiado. En Imágenes, el río Paraná es el que abrazará a las estatuas que cobraron vida y que se dirigieron en peregrinación hacia sus aguas, mientras que el mismo río será el que reciba al protagonista de Pablo cuando inicia su marcha hacia la isla de los duendes. Es también la figura del agua, en forma de mar o río, la que llevará al cadáver de El navegante hasta la playa del pueblo y la que recibirá entre sus brazos acuosos al suicida de Último Romántico. En cambio, en Los Indios de la laguna será una laguna el lugar en el que reposan los fantasmas de los indios asesinados injustamente, destinados a vagar por toda la eternidad en el mundo de los vivos. Y, por supuesto, en Inundación será el agua quien acabe no solamente con el legado familiar, sino también con el último heredero.
Pero no sólo la figura del agua es central en la obra de la autora, sino que lo es toda la naturaleza en conexión a la relación que los diferentes personajes logren establecer con ella. En Transmutaciones observaremos cómo una relación aparentemente inofensiva con seres fantasiosos hará que la propia naturaleza, esta vez en forma de árboles, se convierta en la cárcel de los habitantes del pueblo. En cambio, en Lagartos un obsesivo investigador terminará por aceptar, luego de una sorprendente transformación, que “La naturaleza guarda secretos indecibles a los que es preferible saber mantener bien ocultos”.
Y como algo completamente mundano, la muerte también juega parte de lo natural y es trabajada de distintas formas, con diferentes miradas, a través del arcoíris de historias. Ya sea como algo deseado y esperado (aunque se trate de un deseo no propio, sino hacia alguien más) en Muertita o como algo natural, tanto como para ofrecerlo con total soltura como resultado del final de una dieta en Acerca de la importancia innegable que tiene la achicoria en la dieta, según la teoría del Dr. Getulio Artemidas. Pero también con total indiferencia en el caso de El navegante, en donde un cadáver en la playa se transforma en parte del paisaje lugareño. También hay personajes ligados a la muerte, ya sea por trabajo, como es el caso de la estatua de San La Muerte del cuento Santo, o por destino, como sucede en Último Romántico.
Y en este mundo literario creado por Mariana Miranda, en donde la naturaleza es tan importante en las diferentes historias, lo es también la fantasía, que se entrecruza continuamente con lo mundano, pero de una manera que lleva al lector a no poner en duda lo que se está leyendo, no reconociéndolo como un disparate. Así podemos descubrir que las leyendas de sirenas y hombres lobos son algo factible en las mentes de los pueblerinos de cuentos como El navegante y Otra vez, sangre, y que los fantasmas son algo cotidiano, aunque no todos puedan verlos, como sucede en Muertita y Los Indios de la laguna. Incluso esos fantasmas, como queda establecido en Muertita, pueden ser muy diferente a los fantasmas a los que estamos acostumbrados, lúgubres y transparentes como los que aparecen en Los Indios de la laguna (aunque también hermosos): la autora los describe con túnicas de colores vivos y halos flúor. Pero además de sirenas, hombres lobos y fantasmas, también nos toparemos con duendes, brujas y transformaciones maravillosas.
Asimismo, la fantasía introducida en las historias de Miranda trae presagios, muchas veces concebidos por brujas o madres, que se hacen presente en los cuentos y determinan el destino de sus protagonistas, como sucede en Último Romántico o Mediodía. Incluso en La vuelta, un cuento que toca temas tan humanos como el exilio, el miedo y el retorno a la patria, encierra dejos de fantasía a modo de metáfora, en un mundo en donde el antiguo hogar y sus miembros parecen haber quedado detenidos en algún tipo de limbo atemporal.
Finalmente, y retomando lo que se mencionó con anterioridad, lo que ayuda creer que todos los personajes habitan un mismo mundo es la mención de “pueblo”, un espacio geográfico no preciso, en la mayoría de los cuentos. Sólo en cuatro cuentos se menciona un lugar exacto en el que se desarrolla la historia: Rosario en el caso de Imágenes, Capital en La Vuelta, las islas litoraleñas en Mediodía y la dicotomía entre la ciudad y las islas en Pablo. En los diez cuentos restantes se menciona “el pueblo”, “un pueblo”, que puede ser el mismo. Incluso la utilización de los nombres de los personajes, en muchos casos extravagantes, hace pensar que quizás esos sean los nombres normales en “el pueblo”. Ese pueblo. Porque, acaso, ¿no será un mismo lugar? Sólo dos cuentos confirman esta unión al repetir personajes: Santo y Los Indios de la Laguna. Lo demás queda a gusto del lector.
Sólo queda expresar que el libro escrito por Mariana Miranda reune historias humanas encerradas en globos de ficciones fantásticas, los cuales peligran ante el pinchazo de una palabra o una frase que, en el sinsentido que muchas veces nos regala la literatura, los hace sentir reales.
SOBRE EL AUTOR
Mariana Miranda nace en Rosario el 5 de mayo de 1966. Vive en Melincué desde esa fecha hasta 1980. Luego se muda a Rosario en donde termina la escuela secundaria y egresa de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario en el año 1991. Ejerce como psicóloga clínica y forense. Es autora de prosa y verso. Tiene publicados 22 Canciones para a(r)mar y otros versos (Keynes, Rosario, 1995) y ha obtenido diversos Premios Nacionales e Internacionales de Madrid, Buenos Aires y Rosario.
Fuente: biografía de autor en el libro (2008)
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